Supe de vos cuando aún hacia frío, creí haberlo conocido todo. Desde el color de tus ojos hasta los motivos de tu silencio. Pensé haber estado en el lugar correcto y en el momento adecuado, con vos; conmigo. Esperaba encontrarte en cada renglón por cada mañana que nos quedara de vida, quizás tener que ir a buscarte en otra poesía. Escribía por vos.
Hiciste que creyera que de verdad valía la pena intentar sentir algo, ponerle tu nombre a cada poema. Jugar a crucigramas con todos los títulos de todo lo que ya te había escrito. Supiste pintarme en la cara sonrisas con acuarelas, pero también fuiste el agua que las despinto y hoy la soledad más infinita en la que te espero.
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